Lorena Valencia Valdez

Aún hasta hoy, defiendo al gobierno de Rafael Correa porque lo considero el mejor de toda nuestra vida republicana. Lo defendí desde el mismo 2007, cuándo su primer decreto presidencial fue bajarse el salario, lo hice también cuándo de un golpe y plumazo mandó a toda esa gavilla de aprovechad@s legisladores ladrones y testaferros a su casa, cuando llamó a Asamblea Constituyente y por medio de referéndum cambió la constitución.

Estuve con él cuando incrementó los salarios a profesores, policías y en general a empleados públicos, cuando cambió la relación de ganancias en la repartición de dividendos con las empresas privadas que explotaban nuestro petróleo. Defendí a Correa cuando escudriño la deuda pública y se encontró que muchos tenedores de bonos eran los mismos oligarcas nacionales y banqueros que frenan el desarrollo del país, velando por sus protervos intereses.

Me identifiqué con Correa cuándo decididamente puso las bases para cambiar la matriz productiva del Ecuador, construyó centrales eléctricas y les quito el caramelo de la boca a los social cristianos que por décadas rezaban para que no llueva en Paute y poder negociar con sus vetustas barcazas la venta de energía apastando al pueblo.
Defendí a Correa después de la agresión colombiana en Angostura, cuándo en la reunión de la OEA puso en su sitio al narco presidente Álvaro Uribe. Aplaudí a Correa cuándo de forma decidida se puso a construir el puente entre Bahía y San Vicente, una obra prometida por todos los presidentes elegidos constitucionalmente desde 1979 y que nadie cumplió.

Agradecí a Correa cuando me quité la venda de los ojos respecto a la prensa mercantilista, prensa mentirosa y miserable que nos mantuvo engañados por décadas, él como político honesto y del lado del pueblo, la desenmascaró mostrando la cloaca que en verdad son.
Me declaré incondicionalmente correista cuando recorrí sus carreteras, visité sus hospitales, conocí sus escuelas. Cuándo por fin pudimos iluminar la navidad sin el miedo de que en Paute no llueva y vuelvan los apagones, cuando puso freno a la banca insaciable y acaparadora o cuando tuve que salir a la avenida Mariana de Jesús, con un grupo de pueblo indignado a tragar mucho gas e impedir que esos oligarcas, manipulando a policías y soldados enajenados por la estupidez, pretendían matarlo en el 2010.

Soy correista porque viví el cambio que siempre soñé para mi país, soy correista porque siento a mi patria como a mi madre, soy correista porque me duelen los pobres, me duelen las mujeres maltratadas, los niñ@s sin escuela, los animalitos explotados, masacrados.
Soy correista aún cuándo la gente que no sé lo que piensa me llama borrega. Soy correista porque sólo un breve análisis me hace ver que quienes lo tachan de ladrón, contando con todos los poderes y medios, forjando pruebas y torciendo la justicia, no han podido demostrar un centavo robado.

Soy correista porque pienso, porque analizo, porque medito. Porque dejé atrás aquello de creer lo que dice la prensa como verdad irrefutable, porque el más simple análisis me hace ver quiénes son los que en realidad mienten, además que la historia se repite y ya hubo hace más de un siglo un mártir que luchó por su pueblo y los abuelos de los mismos míseros oligarcas mentirosos, lo mataron, arrastraron y quemaron de la forma más vil, para 100 años después en sus mismos medios de comunicación asquerosos, declararlo el mejor ecuatoriano de todos los tiempos.

Escribo este texto porque realmente me fastidió el twitter del minúsculo Carlos Vera, ese miserable que fue ministro de Sixto Durán Ballén, que organizó fiestas solicitando abierta y descaradamente los regalos que quería: yates, carros lujosos, joyas, ¿a cambio de qué…?.
Por varios años fue’ promotor de un programa de entrevistas que solo servían para aumentar su venido a menos ego. Ese personaje que tiene demandas por golpear a sus mujeres, ese mismo que en sus programas se declaraba “anti-político” pero era más social cristiano que el mismo Nebot.

Ese “pelafustán”, me acusa de ser una “TROLL” de Correa. Y lo soy, pero gratis, por convicción , algo que tú no podrías hacer por tu amor irracional al dinero. Soy una TROLL de Correa que en 13 años no he recibido un sánduche, un caramelo, una cola, peor un centavo.
Soy una TROLL de Correa que sin haber recibido nada, trabajo para él, porque gracias a Correa tú viajas por las carreteras espectaculares en tus vistosos autos deportivos. Jamás entenderás ésto porque nunca harías algo sin recibir paga. Yo sí, cuándo logres entender esto, quizás no sigas hablando y escribiendo las estupideces que escribes.